El primero truco para no olvidar lo que estudias es trabajar el temario activamente, comprenderlo y consultar las tus dudas. Estudiar únicamente con el temario tal cual viene en el libro, o en las fotocopias suele ser menos productivo. Esto se debe a que contiene mucha información secundaria y el volumen de lectura es demasiado grande.
Utiliza el temario original solo para crear el tuyo propio o para solventar dudas. Crea un temario personal adaptado a tu forma de aprender. Si elaboras tu propio temario basándote en el original trabajarás más la información, la estructurarás y la estudiarás de la forma que sea más eficaz para ti.
También es interesante que utilices las técnicas de estudio (esquemas, subrayado, mapas mentales, etc.) o las técnicas mnemotécnicas que mejor se adapten a ti.
Repasa los contenidos con frecuencia para que no se queden en la memoria a corto plazo. Herman Ebbinghaus fue un psicólogo alemán que estudió los ciclos del recuerdo y el olvido. Como dato importante descubrió que en 1 día olvidamos un 50% de lo aprendido, el segundo día hemos olvidado el 70% y en una semana habremos olvidado el 90%.
Por último, el truco para no olvidar lo que estudias que no debe faltar es practicar lo que estudias en la medida de lo posible. Si no puedes llevarlo a la práctica, busca ejemplos, situaciones, experiencias vividas, que tengan algún tipo de relación con aquello que tienes que aprender para retener mejor la información a largo plazo y que no se olvide de un día para otro. Asociando lo que se aprende a cosas que ya se saben, es mucho más probable que no se olviden.