Según la Organización Internacional del Trabajo, la empleabilidad es «la aptitud de la persona para encontrar y conservar un trabajo, para progresar en el trabajo y para adaptarse al cambio a lo largo de la vida profesional».

La empleabilidad se encuentra directamente ligada a la formación, y es necesario que conozcas la razón principal que explica esta relación: los entornos de trabajo son ahora más cambiantes que nunca, y el estar preparado o saber adaptarse es fundamental para cualquier perfil profesional. Las empresas requieren de un capital humano en constante reciclaje, que sepa afrontar los retos tanto a nivel de competencias técnicas como de habilidades sociales.

Además de aportar valor a tu perfil profesional, la formación aumentará la satisfacción en el trabajo, mejorará las condiciones del mismo, aumentará la competencia profesional y la productividad; y potenciará la confianza y la autoestima.

En Formación Universitaria entendemos la formación como algo permanente que debe integrarse dentro de los hábitos de todos, jóvenes y adultos.

La formación no debe entenderse únicamente como un requisito para encontrar un primer empleo, debe estar presente a lo largo de la vida para progresar y adaptarse profesionalmente.

De hecho, formarse es fundamental para mantenerse activo profesionalmente después de los 45 años si se quiere competir con las nuevas generaciones.

Además de la formación permanente, hemos recogido otras habilidades que harán que mejore tu empleabilidad:

  • Creatividad ante los conflictos y los entornos profesionales cambiantes.
  • Habilidades comunicativas para exponer tus ideas, propuestas y proyectos profesionales.
  • Trabajo en equipo y cooperación.
  • Gestión del estrés desarrollando las habilidades anteriores: creatividad, comunicación y trabajo en equipo. Cualquier situación resulta menos estresante si se aprende a delegar responsabilidad, hay una buena comunicación y se buscan soluciones creativas.
  • Espíritu emprendedor porque tú mismo podrías ser tu propio empleador si tienes una idea de negocio.
  • Toma de decisiones con decisión y buen criterio para descongestionar las tareas pendientes o promover la ejecución de tareas.
  • Flexibilidad y adaptación ante los cambios constantes del mercado y las empresas.
  • Gestión del tiempo para establecer prioridades y administrar tu tiempo de forma adecuada para realizar las actividades de más valor.
  • Proactividad, autoconfianza y autoconocimiento para determinar lo que ya hacemos bien y podemos aportar a las empresas y aquello que debemos mejorar.

Mejora tu empleabilidad y aumenta las posibilidades de triunfar profesionalmente, cualquier momento es bueno para seguir desarrollando tus capacidades y aprovechar todo tu potencial.