Premiar tus logros es una forma de recompensar el esfuerzo, motivarte en pequeñas dosis antes de alcanzar tu próximo objetivo.
Desde pequeños nos enseñaron que la aprobación de los demás y el reconocimiento vienen de otros, de una nota o calificación, de lo que digan los padres, el lo que opinen nuestros amigos, pero nada más lejos de la realidad. Es importante premiarse uno mismo ya que en ocasiones no encontraremos a nadie que conozca el esfuerzo de lo que hacemos o que reconozca nuestro trabajo.
Si quieres ser feliz, y no desistir de tus objetivos, la persona que debe darte ese reconocimiento y premiar tus logros eres tú mismo.
Es importante que no te premies antes de tiempo o tras alcanzar logros demasiado sencillos, puesto que de ese modo convertirás el mínimo esfuerzo en una celebración.
Y recuerda que, si no encuentras razones o motivos para premiarte, quizá el problema sea que la baja autoestima te haga pensar que no hay motivos para sentirte orgullos@ de ti mism@. Haz una revisión más detenida de tus objetivos y los pasos que te acercan a ser cada día la mejor versión de ti mismo.
Y recuerda, el esfuerzo también se premia. A lo mejor, no tenemos resultados inmediatos o logros, pero nos estamos esforzando y eso hay que premiarlo, porque el camino también es importante saber llevarlo.